domingo, junio 26, 2016

CUIDÉMOS LA NATURALEZA

Enviado por Luis Espinoza Olivares 23 junio 2016

La Naturaleza no es nuestro entorno: nosotros somos parte de ella. Cuidémosla y nos estaremos cuidando nosotros.  Bosques, ríos, lagos y muchos otros ecosistemas reproducen la cadena de la vida: tenemos el deber ético de cuidar la vida.

Preservar la calidad del aire y del agua, ha sido una de las instancias que tal vez ha congregado al mayor número de personas en el mundo: Foros Mundiales, acciones de Green Peace, Naciones Unidas, etc. Recordamos aún la famosa Convención de Suecia en 1972, oportunidad en que todo el Planeta consensuó una serie de acuerdos tendientes a cuidar de la salud de la Madre Tierra para poder asegurar mayor calidad de vida a todos sus habitantes. Se determinó que el 5 de Junio fuese el Día Mundial del Medio Ambiente.
Después han ocurrido incontables Congresos, Convenciones y Encuentros de nivel mundial, en los que se han reiterado los mismos conceptos. Sin embargo… ¡el Planeta Tierra está aún más enfermo! Particularmente, Chile y su capital son uno de los lugares más contaminados del orbe: alertas de preemergencia, aumento de enfermedades respiratorias, incluso con índices de mortalidad.

El Planeta se asfixia, el aire es irrespirable, las aguas corrientes están envenenadas, se destruyen bosques y reservas naturales, aumenta el orificio de la capa de ozono, resultando un aumento de cáncer a la piel por el paso incontenible de los rayos UV. ¿Qué está pasando? Simplemente la incoherencia de la acción humana. Nuestro discurso es diferente de nuestras acciones. Todos opinan, pocos actúan correctamente, seguimos contaminando…

Salgamos por nuestra ciudad en noche de invierno: casi no hay aire, solo humo y más humo. Chile entero está contaminado: Santiago, Temuco, Coyhaique, Talca, Padre Las Casas, etc. Ciudades enteras exhiben altos índices de contaminación. Preemergencias ambientales, medidas restrictivas… Todos pedimos soluciones a las Autoridades, pero no somos capaces de aportar a la solución. Seguimos quemando leña con más del 20% de humedad. Los vehículos arrojan gran cantidad de material particulado. Las acciones domésticas siguen contribuyendo a la contaminación (quema de basura, exceso de detergentes en las aguas, etc.).

Además, en la actualidad vivimos la “cultura de la tala”: cortamos cuanto árbol se nos pone por delante, sin reconocer el aporte de la vegetación en la purificación del aire.

¿Qué hacer? En lo inmediato, concientizarnos del daño que haremos a las futuras generaciones por nuestra conducta contaminante. En el largo plazo, educar a niños y niñas para aprender a respetar y cuidar el medio ambiente, evitar la destrucción de la vegetación, amar a la naturaleza porque somos parte de ella y debemos vivir en armonía con ella.


Aún es tiempo de frenar este inmenso problema. Una iniciativa puede ser la creación de la Oficina Comunal de Protección del Medio Ambiente, dependiente de la Ilustre Municipalidad, la que podría actuar en coordinación con Organismos validados profesionalmente, como INDAP, SAG y otros.

Luis Espinoza Olivares

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