lunes, octubre 03, 2011

NO ES POSIBLE…

Recibido de Marcelo Sepúlveda Oses el 03 Octubre 2011
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Una de las acciones más importantes y dificultosas para el ser humano es descubrir su vida interior. Esto se puede lograr a través de la meditación y el conocimiento de sí mismo, imaginar, crear y planear el futuro. Leer y contextualizar el horizonte de expectativas de la sociedad en la que le corresponde existir, darse cuenta de los problemas y dificultades propuestas por la comunidad en que habita para buscar posibles soluciones. Entonces, bajo tal premisa, hoy, doy a conocer aquellas manifestaciones sociales o individuales, que según mi entender, debiéramos aprender a enfrentar para concretar una vida mejor, un tanto más feliz y en armonía con la especie humana, el medio ambiente y la sociedad moderna.

No es posible que en el mundo contemporáneo mueran miles de seres humanos por falta de alimento, no es posible que la sociedad asuma la delincuencia como un mal vigente y cotidiano, pero sin solución, no es posible que unos pocos disfruten de los beneficios que otorga la riqueza y otros muchos no dispongan de lo necesario para sobrevivir. No es posible que un ebrio asesine a nuestra familia mientras conduce en estado de intemperancia y luego, viaje cómodamente por las autopistas sin la menor sanción. No es posible que 15 mil chilenos (aproximadamente) vivan en situación de calle, mientras nos arropamos plácidamente en nuestra cama abrigada. No es posible que muchos niños y jóvenes no comprendan un texto leído o resuelvan sin acierto un problema matemático, aunque han recibido, por lo menos, 12 años de escolaridad regular. No es posible pretender calidad, equidad e igualdad en la educación, si evidenciamos un sistema pedagógico de primera, segunda y tercera categoría. No es posible que nuestros adultos mayores deban sobrevivir con pensiones miserables y escuálidas. No es posible que muchos enfermos encuentren la muerte, porque no les atendemos a tiempo. No es posible que talemos los bosques nativos del sur en beneficio de un negocio rentable. No es posible que una mujer deba asumir la crianza de su hijo en soledad, mientras el hombre que engendró a ese nuevo ser se desentienda y no asuma su responsabilidad ante la paternidad. No es posible validar la violencia y la agresión a nuestro prójimo argumentando valores superiores o conceptos erróneos de libertad, derecho, soberanía, nacionalidad, patriotismo, entre tantos otros. No es posible usar la mentira, el engaño o el fraude en beneficio personal. No es posible tramitar a las personas bajo el amparo de la burocracia. En definitiva, no es posible interactuar e interrelacionarse en la sociedad abusando del poder, la dominación o la explotación política, económica, social, religiosa o cualquier otra.

Así, nos hemos acostumbrado a saber de la muerte de otros producto de la hambruna, las necesidades y negligencias de quienes detenta el poder, ellos viven tan lejos que ni siquiera podemos darnos cuenta de su existencia; acostumbramos a cuidar nuestro hogar, las pertenencias e incluso nuestra vida de antisociales que habitan en nuestro medio, pero no escuchamos el grito de auxilio de un vecino que clama ayuda.

Creo reunir acuerdo cuando señalamos que en el mundo habitan personas que reciben ganancias extraordinarias y justificamos su lucrativo negocio avalados en la política del libre mercado, mientras en las poblaciones y los campamentos el sólo hecho de vivir ya es una necesidad en sí misma. Proponemos medidas que mitiguen las consecuencias del flagelo de la pobreza, pero no damos solución a la falta de trabajo o las rentas miserables que reciben por su trabajo miles de personas.

Proyectemos el mundo posible bajo el amparo de la equitativa, justa y honrada convivencia, dar sentido a los valores morales del respeto y compromiso con los más necesitados, de tal modo nuestro natural proceso de desarrollo social culminará en una comunión e integración de los pueblos, de las razas y las clases sociales, siempre aspirando al bien común, la justicia y la verdad.

Marcelo Sepúlveda Oses

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