jueves, mayo 19, 2011

NO TODO ESTÁ PERDIDO…

Recibido de Marcelo Sepúlveda Oses el 18 Mayo 2011
muevomono

Quizá, peco de ingenuo, quizás mi análisis puede ser tildado de poco riguroso, idealista o algo parecido, pero confío en el ser humano, como especie o raza, hombres y mujeres que, en esencia original, no manifiestan un prediseño estructural genético que les conduzca, indefectiblemente, al mal.

Conozco estudios que proponen alguna carga genética predispuesta tendiente a generar errores conductuales o acciones de atentado hacia los otros seres; qué la maldad existe, creo, estamos todos de acuerdo, qué nuestro planeta reclama por la intervención dañina y destructora realizada por la humanidad, también; qué nuestra sociedad moderna vive una crisis valórico-moral y ética sustentada en la violencia, la manipulación de la información, el imperio del poder, la descalificación constante, el engaño, la mentira, envidia, mala intención, entre muchas otras.

De común, nos referimos a aquellos ciudadanos que transgreden las normas, leyes, dogmas, incluso costumbres, hábitos y conductas positivas validadas en cada sociedad en particular; pero descuidamos, no identificamos a quienes son responsables en el cumplimiento del deber, ordenados, virtuosos, calificados y competentes.

Creo pertinente referirse a este segmento social, reconocer, destacar y premiar las buenas obras, las buenas acciones y la vida comunitaria bajo el amparo de una sana convivencia. En mi labor de educador y pedagogo, me encuentro, muy frecuentemente, con jóvenes estudiantes amables, educados y correctos, preocupados en la adquisición de nuevos aprendizajes, en cumplir con las tareas cotidianas, investigadores innatos, creativos y buenas personas. Junto a otros, los menos, que viven de espaldas al bien común y social.

Lamento que los medios de comunicación de masas se refieran, frecuentemente, a los conflictos disciplinarios al interior de las Unidades Educativas, que se exponga, como algo recurrente, la violencia y agresión escolar, haciéndola evidente, reproduciendo imágenes, dando amplia cobertura a tales eventos. Estamos conscientes que aquellos hechos ocurren, pero será prudente reproducirlos hasta el cansancio dando pié a que otros jóvenes imiten, bajo el amparo de diversas razones, las peleas escolares cargadas de ira irreflexiva, odio, muchas veces infundado; será necesario dar tribuna a los defectos y malas artes de delincuentes juveniles que alcanzan un mayor prestigio entre pares gracias a la exposición en los medios…

No todo está perdido, debemos procurar continuar predicando el triunfo en el imperio del bien, dar señales, como sociedad, de avances sustantivos en el conocimiento y práctica de las virtudes, usar el diálogo para resolver los conflictos, aceptarnos en la diversidad, proteger y resguardar la vida familiar; enseñar, con el ejemplo, prudencia, mesura, respeto, orden y disciplina.

No todo está perdido. Las nuevas generaciones van descubriendo una sociedad cada vez más complejas en la cual el concepto de “Aldea Global” articula redes sociales diversas y la comunicación digital inunda, transversalmente, a casi todas las generaciones; este fenómeno, canalizado adecuadamente, permitirá avances de todo tipo en múltiples áreas del conocimiento humano tanto en el ámbito de las ciencias como en el humanismo.

Deseo pensar el futuro como una oportunidad de desarrollo, de movilidad social, implementación de políticas sociales efectivas, resguardo y protección de los niños y jóvenes, de calidad y equidad eficaz en la adquisición de aprendizajes de todos los estudiantes, de oportunidades ciertas de crecimiento personal, de dignidad para toda persona humana, derecho al trabajo, a la salud, a un medio ambiente limpio y en definitiva a vivir en un planeta sustentable. Por lo tanto, aún, no todo esfuerzo ha sido en vano.

Marcelo Sepúlveda Oses

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