lunes, marzo 07, 2011

EN EL DÍA DE LA MUJER

Recibido de Marcelo Sepúlveda Oses el 07 Marzo 2011
muevomono
Mujer, estás, afanosamente unida a la tierra, heredera de su maternidad, fértil espejo para sus hijos, eres cobija y sustento de vida, un regalo precioso donado por la naturaleza, inspiración de los artistas, modelo de belleza y cimiento del hogar y la familia.

Cuando tus ojos me miran se abre un universo repleto de fantasía y joyas preciosas. Estoy enamorado de ti mujer, de aquella que ilumina el día, quien canta canción de cuna para hacer dormir a su cría, la que alza los ojos al cielo implorando buena ventura y multiplicación de la semilla.

No he querido postergar hoy un saludo a la mujer, un saludo especial en este día internacional que les celebra. Reconocer a quienes han construido con esfuerzo y dedicación una mejor sociedad fundada en la familia, allí donde la madre dirige y gobierna, organiza, educa, mantiene la economía doméstica, a veces con gran dificultad. Saludo a todas las mujeres: Bellas y hermosas como esmeralda y rubí, diligente y prolija cual abeja, golpeada y agredida en la sociedad de consumo.

Quizás los modelos de mujer que presentan los medios de comunicación, hoy por hoy, están distantes del mundo real y concreto, los rostros demacrados, los cuerpos asolados por el paso del tiempo y cientos de tareas cotidianas son reemplazados por curvilíneas y esbeltas féminas, a la mujer se le representa como objeto o instrumento de deseo y placer, no la madre constructora, el eje conciliador de virtudes en el niño que aprende a caminar.

Mujeres del mundo, en todas partes y por doquier, las que regalan sonrisas y aquellas que sufren y lloran, luna, cordillera y el rocío de la mañana posee aroma a mujer. Amo tus manos constructoras, aquellos ojos que miran más allá del horizonte, la que cura heridas, la madrugadora y la última en irse a la cama. Te regalo un beso en la frente para ungirte princesa, me inclino ante tu estampa para nombrarte reina, te dedico mis versos y estás inocentes palabras, para que cuando despierte el reino de los sueños, todas las mujeres reinen sin distinción de ninguna especie.

Amiga, confidente, compañera, esperanza de un mejor planeta, herencia absoluta de vida y germen de una nueva sociedad, pues los hijos que vienen tú los educas, reciben tu bendición, eres madre y maestra, sin ti la tierra va de bruces, el universo conocido se desploma

Eres dulce y delicada, atenta a cualquier detalle, mágica cundo cantas, tenaz y perspicaz, dúctil en los cambios, rebelde, crítica, dueña de sí misma, guerrera al defender a los tuyos, ecuánime para resolver, amiga, eterna enamorada de la vida, fuente de luz, faro entre la niebla, diseñadora, costurera y cualquier labor que se te encomienda. De seguro, alguien, al leer estos calificativos, se puede cuestionar: ¿Cómo no he visto tal virtud en las mujeres que me rodean? De seguro, es posible evidenciar tales halagos en nuestra madre y si todas ellas son madres, cada adjetivo reúne raíz y parte.

Dediquemos, hoy, día de la mujer, un saludo y reconocimiento a las mujeres que a diario conviven con nosotros, seamos generosos al destacar todas sus virtudes y celebrar junto a ellas este día. Siempre habrá una mujer merecedora de aprecio y galanura, actuemos cual caballeros medievales o Don Quijote con su Dulcinea, faltan Romeos abundan Julietas…

Que en tus labios la miel posea dulzura, que tus pechos amamanten a los hombres del mañana, que tus manos amasen el pan en cada mesa y los versos del poeta siembren, por todo el orbe, una canción de fiesta.

Marcelo Sepulveda Oses

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