MUJERES Y LITERATURA

Recibido de Marcelo Sepúlveda Oses el 07 Febrero 2011

Desde tiempos remotos, la mujer ha sido discriminada, postergada y sometida. Es así como su existencia se hace dependiente del sexo masculino, debe ponerse a cargo de las labores domésticas, cuidar a los hijos y depender exclusivamente de una sociedad controlada y regida por los hombres; situación que hoy, aún prevalece en numerosas sociedades a través de todo el orbe.

En el arte literario se da similar situación. Para muestra y señal, el siguiente caso: La escritora española Emilia Pardo Bazán debe luchar con ahínco y fortaleza para abrirse paso en el ambiente artístico de la época, polemiza con la Real Academia de la Lengua Española y crea una Biblioteca de la Mujer, coronando una carrera literaria de renombre y trascendencia aún cuando en su época no fuese reconocida. Chile tampoco es la excepción, recién a finales de la primera parte del siglo XX, la mujer escritora es aceptada y respetada en los círculos sociales, siempre bajo el amparo de una fortaleza a toda prueba y en el empeño irrestricto al esfuerzo y dedicación en su oficio.

Según mencionamos en la columna anterior, en Chile, el reconocimiento más importante para un escritor es el Premio Nacional de Literatura, el que se otorga cada dos años desde 1942. Distinción que suma a la fecha, sólo a cuatro damas galardonadas: Gabriela Mistral en 1951, Marta Brunet en 1961, Marcela Paz en 1982 e Isabel Allende en 2010.

Hoy, en el afán de producir, a través de esta columna, un encuentro cariñoso con las letras y la literatura, fomentar el hábito lector como una destreza básicas y reconocer a los hitos más importantes de la literatura contemporánea en nuestro país, señalaremos algunas de las virtudes trascendentes de aquellas mujeres que honran nuestra historia:

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Gabriela Mistral, Premio Nobel de Literatura, primera mujer de habla hispana en recibir tal distinción, profesora y diplomática, habitante de Vicuña y el mundo, nos obsequió versos como el que reproduzco del libro “Desolación” poema “Hallazgo”

Me encontré a este niño
cuando al campo iba:
dormido lo he hallado
sobre unas gavillas…
O tal vez ha sido
cruzando la viña:
al buscar un pámpano
toqué sus mejillas…
Y por eso temo
al quedar dormida
se evapore como
rocío en las viñas…

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Marta Brunet, (1900-1967) novelista chillaneja quien retrata el campo chileno, de estilo costumbrista y realista. Sus publicaciones produjeron cierto escándalo en la sociedad de principio de siglo. Destaco su obra “Montaña adentro” y la recomiendo como una lectura grata y plagada de recuerdos de lo que fue el mundo rural.

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Marcela Paz (1904-1985) un bálsamo para hacer dormir a los niños pequeños, sus cuentos ocupan un sitial de privilegio en todas las bibliotecas. Crea un personaje magistral, Papelucho quien recorre los rincones secretos de su casa y las ciudades de la Zona Central, es un viaje mágico y de aventuras, con un estilo sencillo y de muy fácil comprensión.

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Isabel Allende, nacida en 1942, sorprende al mundo de las letras con una producción narrativa abundante y reconocida en el ambiente literario universal. Calificada como la escritora en lengua española más leída en todos los tiempos: “La Casa de los Espíritus” “De amor y de Sombra” “Eva Luna” “Los cuentos de Eva Luna” “El plan infinito” “Paula” “Afrodita” “Hija de la Fortuna” novelas que resumen una parte importante del Chile del siglo XX y que ameritan una atenta lectura.

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No puedo dejar de mencionar a María Luisa Bombal (1910-1980) que si bien no recibió el Premio Nacional, si acredita méritos suficientes, destaco sus novelas cortas “La Última Niebla” y “La Amortajada.”

Así, el escritor no puede desentenderse del lugar en que habita y las circunstancias personales que le corresponde vivir; más aún cuando son mujeres quienes cuentas historias o cantas versos sublimes.

Marcelo Sepúlveda Oses