martes, septiembre 21, 2010

DESPUÉS DE LA FIESTA
Enviado por Marcelo Sepulveda Oses el 21 Setiembre 2010

Quienes escuchamos, atentamente, la voz de la experiencia, asignamos valor y virtud a sus propuestas ¿Cómo enfrentar el futuro por venir, qué hacer en el presente y de qué modo el pasado reúne conocimientos para resolver los problemas? Por tanto, es menester atender a la voz de nuestros mayores. A ellos les pregunto: ¿Qué permanece inmutable después de la gran celebración? ¿Fue la fiesta del bicentenario aquello con lo que soñaba nuestro espíritu? ¿Dejamos cosas por hacer o no ejecutamos las acciones que habíamos planificado? A continuación, indicamos algunas interrogantes y posibles respuestas, pero cada uno obtiene su propia conclusión.

De seguro la música, el baile y el canto ocuparon un lugar preponderante en nuestro hacer de estos días, asados, empanadas y otros manjares inundaron las mesas servidas, chicha, vino y licores bendicen cada encuentro familiar o de amigos. Observé elevarse volantines de colores con el viento sur, aplaudir en el rodeo, disparar juegos artificiales, izar una inmensa bandera, desfilar a las fuerzas armadas en la Parada Militar 2010 y un gran espectáculo artístico cultural en el recién remodelado Estadio Nacional.

Supe sobre numerosos fallecidos en accidentes de tránsito, la mayoría de ellos por efecto directo o indirecto del consumo desmedido de alcohol.

200 años de historia moderna no se celebran todos los días, pero creo que faltó una pizca de mesura y un poquito de responsabilidad.

Hoy volvemos a nuestras labores cotidianas, a compartir con amigos y compañeros de trabajo sobre cada uno de los acontecimientos familiares o sociales ocurridos, pero quién más, quién menos podrá señalar: La celebración del Bicentenario no me dejó indiferente. Hoy, Chile está un poco más feliz.

Ahora, nos hace falta dedicar, con esmerada responsabilidad, todo nuestro empeño en hacer las cosas bien, “no sacar la vuelta,” cumplir con metas y logros para engrandecer cada labor u oficio, construir un mejor país, una mejor sociedad y un mundo más habitable donde cada uno tenga una nueva oportunidad para ser feliz es compromiso de todos. Esta es obligación de cada quien: Los estudiantes, estudiar, los trabajadores cumplir con cada tarea asignada, hombres y mujeres dispuestos a inaugurar las puertas del próximo bicentenario para que hijos, nietos y bisnietos se sientan honrados por nuestra dedicación y empeño del presente, el esfuerzo constante y permanente de construir una mejor nación donde todos somos importantes, únicos y exclusivos hijos de esta tierra que nos cobija con amor maternal.

Hoy es el día y la oportunidad, aquí confluyen cada buen sentimiento y deseo de ventura, si donamos a la Patria nuestra, toda la fuerza y capacidad creadora de hacer bien las cosas podremos sentirnos orgullosos en cada aporte por pequeño que este parezca, Chile es una gran nación por los hijos que cobija.

Posterguemos el egoísmo, la desidia o el desamor, olvidemos las malas artes, frustremos el engaño, la mentira o el robo, dediquemos tiempo a la crianza de los hijos, regalemos buenas palabras al vecino, compartamos solidaridad y caridad, aprendamos a escuchar, quizás el otro tiene algo importante que contar, pensemos en hacer cada día mejor cualquier tarea, por diminuta que parezca posee alguna importancia vital.

Vayamos con empeño y sentido de responsabilidad a cumplir con las nuevas propuestas de este siglo XXI recién inaugurado.
Marcelo Sepulveda Oses

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