martes, junio 22, 2010

EN EL DÍA DEL PADRE
Enviado por Marcelo Sepulveda Oses el 21 Junio 2010
El padre, quien proyecta a la humanidad en la historia, quien permite mantener la especie sobre la faz de la tierra generación tras generación. Un padre significa resguardo y seguridad en la familia, es la otra mitad en el sacramento del matrimonio o la compañía en pareja para en acuerdo común ser donantes de vida.
El padre, mi padre y todos los padres fueron reconocidos, celebrados y regaloneados en su día, para todos ellos felicidad y dicha, paz, amor y tranquilidad. Un recuerdo, también, para todos aquellos progenitores fallecidos y para quienes deambulan apesadumbrados en el abandono de la pobreza y la miseria.

Papá, te agradezco cuando me cuestionas, entonces aprendo a reconocer que no siempre tengo la razón; cuando tu emoción se multiplica en lágrimas, descubro la fortaleza del espíritu en la desnudez de un sentimiento franco y honesto.

Ser padre es una opción de vida, progenitor aquel que engendra un hijo, ambos asumen esta condición, pero en circunstancias y condiciones disímiles. Al ser padre, colaboramos en la construcción de la cadena vital, eslabón tras eslabón en un proceso sin fin. El padre comparte con su hijo experiencias y aprendizajes que la vida le ha ido enseñando, reflexiona, propone, encuentra solución a los problemas, moldea el espíritu de los aprendices, recomienda conocimientos, virtudes, valores, habilidades y destrezas. Debe estar siempre disponible sin importar cansancio o desgano: El hijo pequeño siempre le requiere, le necesita.

Para quienes hemos tenido la oportunidad de engendrar un hijo debemos reconocer la inmensa alegría que se produce en el momento del parto, de cómo el espacio vacío se completa con la llegada de un nuevo ser.

Toda la historia de la humanidad está determinada y sometida al milagro de la vida, las especies se reproducen para asegurar su permanencia en la tierra. Se nos viene la muerte como condición natural, pero nuestros hijos continuarán manteniendo cada estirpe, cada raza.

Reciban ustedes, padres de todas las latitudes, de cualquier nivel socioeconómico y cultural, sin distinciones de ninguna especie un tremendo saludo de celebración, sigamos siendo formadores, educadores de las nuevas generaciones para intentar ser más felices y edificar una mejor sociedad.

Cuando no estés conmigo, cuando pasen los años y yo también me ponga viejo, te seguiré recordando, pues tú me obsequiaste esta existencia que agradezco, en mi memoria grabo tu rostro, escucho tus palabras, acepto tus defectos y me regocijo en tus aciertos.

El creador de todas las cosas, el Padre de los Padres, Dios o como cada uno de nosotros quiera llamarlo nos regala el don y la virtud de la paternidad, continuemos su obra sin cansancio ni fatiga.
Marcelo Sepulveda Oses

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