sábado, diciembre 26, 2009



UNA OPINIÓN / LA MEDIDA DEL BIEN PROCURADO A LOS DEMÁS
Enviado por Luis Espinoza Olivares el 26 Diciembre 2009

¿Cuál es la medida del bien procurado a los demás? Las Fiestas de Fin de Año, Navidad y la proximidad del Nuevo Año, son propicias para evaluar cuánto bien se hace a las personas que nos rodean.
La Navidad llegó con su carga de emociones, recuerdos y promesas de buena voluntad. Es la época del reencuentro consigo mismo y con los demás, son días de atmósfera distinta en los cuales se renuevan las buenas intenciones de amor y de cariño permanente: atrás quedarán la envidia, la ambición desmedida, el comentario despiadado, las malas intenciones, el odio, el rencor, la crítica malintencionada, la calumnia, la insidia y tantas otras actitudes que hacen tan pequeño y miserable al ser humano.

Es de esperar que Navidad no solo haya sido la máxima expresión del consumismo, con la locura de comprar aunque sea hipotecando por años incluso el pan de los hijos. Se compra lo que no se puede, pero se compra: para eso está el dinero plástico que permite adquirir todo lo imaginable. Comprar, comprar… ese es el sentido que Navidad tiene para muchos. ¿Y dónde está el centro de la Navidad, con una invitación a ser un Hombre Nuevo, exento de todos los vicios y defectos que se acentúan aún más en las sociedades consumistas? Nadie está pidiendo que se acoja al pie de la letra el mensaje del Niño Jesús, con su invitación a amar a los demás más que a sí mismo. Navidad es una invitación a renovarse profundamente, a dejar de lado la maldad y las malas intenciones con los demás.

¿Cómo habrá vivido Navidad aquel que sin piedad calumnió a seres inocentes? ¿Cómo habrá vivido Navidad aquel que se ensañó con otros creando un clima de copuchas, mentiras, envidias, odiosidades y soberbia? ¿Cómo habrá vivido Navidad el prepotente, el orgulloso, el haragán? Es de esperar que ellos también hayan tenido una feliz navidad, reflexionando en la profundidad de su ser, en la amplitud de su dignidad de personas.


En unos días más habrá abrazos del Nuevo Año, nuevas promesas, nuevos bríos y aires de renovación personal para recomenzar a vivir en forma decente y feliz, nuevas intenciones.

Feliz Año 2010 para todos, felicidades ahora y siempre y no olvidar nunca que los demás también tienen derecho a ser felices. A no olvidar que todos tenemos Derechos Humanos y no solamente algunos, a recordar que todos nacemos libres y que no debemos sentir temor ni incertidumbre, a no olvidar que todos somos iguales ante la Ley.

Felicidades y que Dios les bendiga.

Luis Espinoza Olivares

No hay comentarios.: