domingo, septiembre 27, 2009

UNA OPINIÓN / ¿ES CHILE UN PAÍS DISCRIMINATORIO?
Enviado por Luis Espinoza Olivares el 26 Setiembre 2009
¿Es Chile un país discriminatorio? A pesar de las amplias campañas contra la discriminación y no obstante las permanentes políticas nacionales destinadas a erradicar esta conducta, en Chile aún se observan claros signos de discriminación.
Y ello no se refiere exclusivamente a grandes situaciones: principalmente se refleja en los pequeños hechos y en conductas observables a diario en personas comunes y corrientes. Para corroborar esto, es preciso observar el trato discriminatorio que se da a las personas que manifiestan un defecto físico o de otra índole: estas personas continúan siendo objeto de burlas y hasta de agresiones verbales y físicas. Basta ver cuál es la reacción de un niño ante otro niño que esté excedido de peso, o que tenga una deficiencia física o mental: la relación estará marcada por la burla, la sorna, la exposición al ridículo, la agresión física o verbal. Uno de los escenarios más comunes a lo anteriormente señalado lo constituyen los Colegios, llegándose a situaciones extremas que escapan a la sana Convivencia Escolar.
Naturalmente que esto tiene su punto de partida: la educación en el hogar. Enseñar a los niños a aceptar a los demás tal como son, con sus virtudes y defectos, es la mínima educación que debe dárseles para que cuando adultos sean personas tolerantes y puedan vivir en democracia. En caso contrario, la discriminación puede llevarnos a empobrecer la diaria convivencia nacional.
En otro plano, a nivel de adultos la situación no es distinta. Muchas veces se observa discriminación en los ámbitos laboral y social, incluso se discrimina por la condición etárea o de género. Una situación que poco se advierte es la segregación que se ha producido en el ámbito social y que no debemos soslayar: las personas de las clases sociales más acomodadas aún subestiman y segregan a quienes provienen de los estratos vulnerables. Y por si esto fuera poco, últimamente se puede apreciar que las personas socialmente vulnerables también discriminan con las personas de clase alta.
La discriminación oculta y enmascarada es como una verdadera institución nacional: siempre ha estado ahí y escasamente ha podido ser erradicada, pues al parecer es parte de nuestra idiosincrasia. No en vano el sentido del humor propio de nuestra nacionalidad encuentra abundante sustrato en los defectos de las personas, llegándose al límite del escarnio y la ofensa pública. Esa es una abierta forma de discriminación.
Ha habido incontables esfuerzos institucionales por reducir acciones discriminatorias, pero solo nos hemos quedado en la fase inicial. Se hace imprescindible generar fuertes acciones educativas en toda la sociedad, particularmente en los Establecimientos Educacionales, con el fin de revertir nuestra predisposición a la discriminación, con el solo fin de asegurar una mejor calidad de vida para todas las personas.
Luis Espinoza Olivares

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