martes, junio 09, 2009


EN EL DÍA DEL PADRE
Enviado por Marcelo Sepulveda Oses el 08 Jun 2009

El ser humano, este ser terrestre que recorre los caminos del campo y las ciudades, el que construye, edifica, siembra y cosecha o aquel otro que ofende, roba y delinque, los grandes maestros de la historia y los pequeños peones obreros de cualquier parte del planeta hemos viajado a esta tierra conformados por dos minúsculas células, el óvulo de la madre y el espermatozoide del padre. Hay algunos, que por esas circunstancias de la suerte, el azar o la casualidad no conocieron a sus progenitores, hay quienes no fueron reconocidos por aquel que regaló la simiente para el alumbramiento, también los hay abandonados, durante la semana, conocimos de un buen ejemplo, Paz Victoria, quien a los pocos minutos de nacer, fue abandonada por su madre en la madrugada, a la intemperie y en la indefensión, pero el destino de cada uno de nosotros está elegido y la vida florece por todas partes sin preguntar el cuándo y el por qué, así Paz Victoria pudo vivir y quién sabe el horizonte definitivo que asuma su existencia…

Este próximo fin de semana celebraremos, muchos con alegría, el día del padre. Quienes hoy somos padres reconocemos la maravillosa experiencia que significa ser llamado papá, sobre manera cuando quien pronuncia estas sílabas es un pequeñito que apenas se sostiene sobre sus débiles pasos. Es entonces, cuando uno se da cuenta de todos los esfuerzos, tareas asumidas y responsabilidad del que es padre, aquel que asumió con certeza dedicarse a esta labor tan digna y que produce frutos en el largo plazo. Quienes tenemos la suerte de sentirnos felices con nuestros hijos damos gracias al cielo, aunque sé también de aquellos abandonados, dejados tirados a un lado del camino como estorbo, pues ya no nos sirven esos padres-abuelos. En ambos extremos de esta relación alguien ama o alguien sufre, al parecer es una compleja regla o ley inexorable, transitamos en el amor o el odio.

Quienes disfrutamos de la presencia de nuestro padre, aquel ser, a veces anónimo, distante o despreocupado o el abuelito cariñoso cargado de historia increíbles, un paladín de aciertos e inventos espectaculares, si ese padre está con vida, está con nosotros, les invito entonces a saludarlo este próximo domingo, una llamada telefónica, mejor aún, nuestra presencia y abrazo, sé que podremos impresionarlo, no por el regalo que cargamos bajo el brazo (eso casi a él no le importa) impresionarlo con aquella charla pausada y quieta o la jugarreta del niño pequeño.

Sólo debemos decir: “Feliz día papá, estoy aquí contigo si me necesitas o si deseas mi compañía.” El regalo debe formar parte de un accesorio y no transformase en lo más importante de esta celebración.

Un gran abrazo para todos los padres, que este día esté pleno de mimos, caricias y besos y un gran recuerdo para todos quienes ya partieron.

Marcelo Sepúlveda Oses

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