domingo, abril 05, 2009

UNA OPINIÓN / LA FIGURA DEL PADRE ALBERTO HURTADO
Enviado por Luis Espinoza Olivares el 05 Abr 2009
La figura del Padre Alberto Hurtado… Como figura nacional, muchos son los aspectos que de él se conocen, ya que su proceso de canonización realizado hace algunos años nos permitió conocer aspectos casi desconocidos de su interesante vida al servicio de las personas más humildes. No obstante, es valioso que se haga difusión de rasgos de su vida pastoral y social, ya que ello nos permitirá reforzar el modelo de vida que San Alberto Hurtado constituye especialmente para los más jóvenes.
Sabido es que dentro de sus obras más conocidas figuran la Fundación del Hogar de Cristo, la Revista Mensaje y la Acción Sindical Chilena. Falleció en 1952, a los 51 años de vida, destacándose por hacer realidad el evangelio al dedicar su vida a los demás. Desde los 15 años manifestó interés por el trabajo social, colaborando con el Patronato de Andacollo, ubicado en el sector más vulnerable de Santiago por esa época (entre Mapocho y San Pablo).
Como estudiante de derecho en la UC, se preocupó del tema de la realidad social chilena y la legislación obrera. Redactó un reglamento sobre el trabajo de los niños. La memoria de título de abogado se refirió al trabajo a domicilio. Años después escribió “Sindicalismo” y Humanismo Social”, temas que para la época eran motivo de permanentes discusiones y aprehensiones. Terminados sus estudios de Leyes, optó por la vocación religiosa, ingresando al Noviciado de la Compañía de Jesús, dedicándose al estudio y a la reflexión.
Posteriormente, logró el Doctorado en Filosofía en Barcelona, siguiendo con estudios de Teología y Pedagogía en Bélgica. Fue ordenado sacerdote el 24 de Agosto de 1933 por el Arzobispo de Malinas, Bélgica. Regresa a Chile en Febrero de 1936, después de 11 años de ausencia. Este mismo año fue nombrado profesor en el Colegio San Ignacio, en el Seminario Pontificio y en la Universidad Católica. Además de sus grandes condiciones docentes, se dedicó a escribir, siendo su primer libro el denominado “Crisis Sacerdotal en Chile”, referido a la escasez de vocaciones religiosas.
Se convirtió en un líder de la juventud, impulsando a sus seguidores a vivir para servir. En 1941, fundó la Acción Católica.
Sin embargo, su mayor preocupación la constituyeron las personas más pobres, quienes se debatían en la más grande miseria: por este motivo, en Octubre de 1944 fundó su mayor obra, el Hogar de Cristo, que hasta nuestros días se mantiene como una institución vigorosa y transparente. La frase más recurrente de Alberto Hurtado era “¿qué haría Cristo en mi lugar?”, al referirse a la forma de compartir con las personas indigentes. Ya en 1945 el Hogar de Cristo atendió a 12 mil indigentes.
Sus desvelos fueron permanentes al observar la situación de calle de los niños vagos que pululaban en torno al río Mapocho: permanente es el recuerdo de la camioneta verde en la cual llegaba a buscar a esos niños para darles un techo digno.
En 1948 fundó la Acción Sindical Chilena, destinada a capacitar a líderes sindicales cristianos, inspirados en las Encíclicas Sociales. En 1951 fundó la Revista Mensaje, a través de la cual se alude al Mensaje que el Hijo de Dios trajo del cielo a la tierra.
Pero, lo más importante de la vida y obra de San Alberto Hurtado, es el fuego de sus palabras y de su acción, para hacer que lo imposible se haga posible, no a través de la fuerza y la violencia, sino a través de una vida dedicada a servir con alegría. Por eso, su expresión más recordada fue “¡Contento, Señor, contento!”, verdadero escudo para enfrentar la vida con alegría y esperanza, a pesar de las dificultades y persecuciones de todo tipo.
Que el mensaje de Alberto Hurtado nos dé serenidad y fuerza para seguir adelante en una época tan convulsa.
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Luis Espinoza Olivares.

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