lunes, abril 20, 2009

UNA OPINIÓN / EL MISTERIO OCULTO EN LAS LÍNEAS DE UN LIBRO
Enviado por Luis Espinoza Olivares el 21 Abr 2009
El misterio oculto en las líneas de un libro… Viejo armario de letras y frases armadas con el código de sentimientos, emociones y argumentos nacidos en lo más profundo de cada espíritu.
Así eres, libro, contenedor de sabiduría y talento, así conservas los signos más puros del intelecto y del espíritu humano. Letras, palabras, expresiones, ideas fraguadas tal vez en la oscuridad de medianoche o en la esperanzadora y naciente aurora, cuna del sol de todas las inteligencias.
Todo el océano, todos los desiertos, todos los cerros y montañas, toda la ambición motora de cada epopeya, todo el altruismo gestado en la blancura del amanecer de la Humanidad, todo cabe en tus páginas acrisoladas en la superficie de la materia vegetal procesada en la inventiva de preclaros seres anclados en la vanguardia del progreso.
Libro, catedral de las ideas y de las emociones. Libro, inventario de la curiosidad nacida con la misma evolución, democrático elemento de la cultura capaz de tolerar todas las intolerancias de la raza humana.
¡Cuánta grandeza esconden tus páginas rellenas de toda la Historia de la Humanidad!
Cristo, Ghandi, Mahoma y tantos otros, te imprimieron el etéreo transcurrir de la espiritualidad salpicada del dogma que solo en la mente de los humanos cobra la fuerza del ciclón.
Einstein, Copérnico, Galileo y toda la cohorte de los investigadores del espíritu, te han hecho objetivo y cuadrático solo para tratar de descubrir la ecuación de la fe.
Estampas de cuadros musicales y plásticos han hecho de tí, Libro, un mágico transmisor de las más sublimes emociones cobijadas en la lluvia y el sol del profundo pozo de la mente.
Libro narrativo y narrador del aire y de la nieve, del fuego y del amor. Allí estarás espiando de reojo la histérica evolución de los tiempos, allí estarás pensando en el barranco de la conducta humana, allí seguirás esperando a que de las incontables palabras escritas, pueda brotar la música de la paz inconclusa en el tiempo de nuestro dulce exterminio.
(23 de Abril: “Día Internacional del Libro”)

Luis Espinoza Olivares.

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