lunes, abril 06, 2009


CHILE, PAÍS DE VOLCANES

Enviado por Alejandra Gallero Urizar el 07 Abr 2009
Nuestra Cordillera de los Andes que tanto nos maravilla y enorgullece, sólo en territorio chileno tiene más de tres mil volcanes ocultos; únicamente siete de ellos son monitorizados en forma permanente.
En mayo del 2008 entró en actividad el volcán Chaitén, ubicado en la localidad del mismo nombre, causando tanta devastación que fue necesario evacuar a toda la población, muchas veces en contra de su voluntad. Es comprensible, duele abandonar sus tierras, sus hogares, animales que quedaron desamparados por mucho que se haya realizado para rescatar, en especial, a las mascotas y reencontrarlas con sus dueños que permanecían albergados a kilómetros de distancia.
Cuando fueron autorizados para ir hasta sus casas por un lapso de dos horas en busca de sus pertenencias, el espectáculo que hallaron fue dantesco. Y la ciudad de Chaitén nunca volverá a ser su territorio. Debe reconstruirse en otro lugar, lejos del peligro de un volcán que ni siquiera sabían que lo era. Para ellos era un cerro nada más.
Ahora ha sido el turno del volcán Llaima. El viernes 3 de abril recién pasado empezó a mostrar su actividad destructiva. Este volcán es uno de los más activos de Chile, ubicado en el interior del Parque Nacional Conguillio a unos 600 kilómetros al sur de Santiago. No obstante todavía no ha sido necesario evacuar a los habitantes de la zona, sólo setenta y una personas han sido trasladadas por su voluntad, especialmente aquellos ubicados en los municipios de Vilcún y Curacautín. Para los de Cunco, Melipeuco y Lonquimay sólo están con “alerta temprana”.

"71 personas evacuadas a raíz de los riesgos asociados a posibles manifestaciones de lahares (flujos de lava) que generarían aumento del caudal del río Calbuco y otros cursos de aguas por los aportes de sedimentos volcánicos", informó un boletín de la Onemi.

Asimismo, el informe agrega que a lo largo de la noche, el volcán mantuvo su actividad, "con explosiones, flujos de lava, emanaciones de gases y cenizas", el Ministro del Interior, Patricio Rosende, en visita al sector, manifestó:
"El objetivo es mantener un control permanente en el terreno porque la situación del volcán Llaima es de bastante incertidumbre. Hemos mantenido un monitoreo permanente sobre el río Calbuco que ha aumentado su caudal en forma considerable".
Según precisó, ha facilitado instrucciones "para que las autoridades estén en contacto con los habitantes de la zona, para reaccionar y evacuar en forma rápida en caso que sea necesario".
Además de lamentar el daño al sector y el consecuente sufrimiento de las personas que deben luchar contra su arraigo natural desplazándose a otras zonas que, si bien representan menor peligro, provocan un dolor por la pérdida de lo que hasta entonces constituía su mundo y aceptar la generosidad de aquellos que los cobijan. Agregado a ese tipo de daño, tenemos que lamentar que la ya tan dañada capa de ozono se vea afectada debido al contenido de azufre y carbono que contienen las cenizas volcánicas.
El vivir en nuestro país, en donde la naturaleza pareciera ensañarse con los hombres, siempre en riesgo de que en cualquier momento la vida se detenga y cambien los rumbos de miles de personas que deben, muchas veces, afrontar las pérdidas y comenzar de nuevo a reconstruir sus vidas, debiera hacernos más solidarios, conscientes de que la desgracia que ahora toca a otros, mañana podríamos ser nosotros los afectados.
Alejandra Gallero U.
parralina@yahoo.com

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