miércoles, marzo 05, 2008

VERSOS DEL NUEVO SIGLO II
(Segunda Entrega)

(Enviado por nuestro corresponsal Marcelo Sepúlveda Oses el 03 de Marzo 2008)

Según la presentación de nuestra entrega anterior, iremos transcribiendo poemas pertenecientes a textos mayores. El verso, cuando logra encantar al lector, se transforma en un perfume; así, recordamos su aroma y el momento en que lo percibimos por primera vez. “MADRE TIERRA” se constituye en una obra creada a propósito del tema propuesto por la comisión organizadora del III Concurso Nacional de Poesía Vate Francisco Contreras Valenzuela” de Quirihue: “El hombre y la Contaminación Global”, aunque los tres poemas seleccionados para esta presentación pueden entenderse independientemente.
CONDENA

Tus entrañas abiertas, violentadas
sangran piedras, fuego, gemas preciosas.
Guardan raíces, desperdicios, cuerpos desangrándose.
Miedo, miedo hecho nombres, mujeres recién paridas,
ancianos de paso lento, niños hambrientos famélicos,
versos escondidos en un paraíso extraviado que ya no nos pertenece.
Tus hijos reclaman la siembra cubierta de verde y amarillo,
el sol y su luna alumbrando el sendero.
Regueros brotan desde la vertiente,
lavan las alcantarillas entre pétalos de flores,
estrellas fugaces,
delirio.
Delirio en ciudades caóticas,
autopistas, viajes espaciales,
GPS y nanotécnica.
El orbe,
condenado a muerte súbita,
se revuelca en estertores.

RAÍCES

Tigres Dientes de Sable sucumbieron,
bosques milenarios decapitados
sangran bajo el cemento. Océanos y continentes
se revelan contra la muerte infame
cuando las redes eléctricas colapsan
y las señales en microondas
duermen su siesta
desprovistas de la luz inicial.
Pachamama,
en el baúl del tiempo,
retumba el eco de voces muertas.
Retumba el eco del Werkén:
Tucúquere-Tucúquere
Tic-tac, tic-tac…

RESTOS

De viaje, descalzo,
abrazo los restos de padres y abuelos,
hermanos de todas las razas y todos los planetas,
restos y restos navegando a la deriva por la galaxia
sin brújula, a ciegas, a tientas, perdidos, náufragos…
Especies sometidas en delirante suplicio
reclaman ante el altar:
¿Dónde descansan tus primores?
¿Mi oración en lengua originaria?
Mientras, inválido,
escribo versos sobre arena mojada.
Un siglo cargado de inventos perturba la quietud,
puertas que se abren y cierran a la distancia,
lejos muy lejos.
En el origen,
cada sentencia
distiende la agonía.
Voces antiguas descansan sobre la faz de la tierra muerta.

Nota del autor: Mi voz va recorriendo cada rincón. Escarbo las entrañas abiertas. Descubro restos sembrados por las manos del hombre, manos agrestes, laceradas de frío, dolor y llanto. Allí, baño las palabras. En mi cordillera. Se visten de blanco perfecto, de copihue rojo, alerce y araucaria cuando el sur profundo me reclama, único rastro invencible, sendero inicial de todos mis caminos. Me señalo esclavo de tus ojos mirándome. Escribiendo sobre mi espalda oraciones extraviadas en un océano de mentiras. Paso a paso, tranco a tranco, seguiré buscando. Quizás, una noche de eclipse lunar, abras tu ventana y me nombres. Aquí, seguiré esperando. En el sur del sur que fue antes del norte. Tierra virgen violentada.

Marcelo Nicolás de Jesús


En el Sur del Sur, cuando falta el agua

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