miércoles, marzo 05, 2008

GRACIAS A LA VIDA TODO CAMBIA
(enviado por nuestro corresponsal Marcelo Sepulveda Oses el 03 de Marzo de 2008)

Violeta Parra escribió con maestría la hermosa letra de una canción en la que da “Gracias a la vida”. Gracias por tantas cosas simples y sencillas, aquellos hechos frente a los cuales pasamos sin darnos cuenta: El oído y el llanto, las palabras que pienso y declaro, la marcha de los pies cansados…

Frente a este mundo vertiginoso, escaso de tiempo, individualista extremo, creo apropiado detenernos a observar y mirar cómo todo cambia “Cambia el modo de pensar, cambia el pastor su rebaño, cambia el cabello el anciano…, cambia todo en este mundo” Así es, todo cambia. “Bajo un mismo puente nunca pasa la misma agua” señaló un Filósofo Griego. Pero, ¿nos damos cuenta de estos procesos naturales y propios de la condición humana? “Nos vamos poniendo viejos.” Nos vamos quedando solos.

Cada nuevo día vamos y venimos en un frenético tránsito, ocupados, sin tiempo… ¿Te distes cuenta cuándo florecieron las rosas? ¿A quién diste el primer abrazo de Navidad el año pasado? ¿Recuerdas el aroma de las mandarinas? ¿Cuál es el color de la casa de tu vecino? Pongamos atención, recuperemos la calma y la quietud, el sosiego de la tarde a la hora de la siesta, una conversación amigable con nosotros mismos.

Marzo recibe el rótulo de mes conflictivo: Inicio del año escolar, pagos, retomar el rumbo de las tareas pendientes, termina el verano, etc., etc. Por tanto, cuan grata sería nuestra existencia si aprendemos a disfrutar de lo que somos y tenemos, sin envidiar lo que otros tienen, ni vanagloriarnos de nuestras pertenencias. Depositar atención en los pequeños detalles, en aquellas personas queridas y cercanas, en agradecer lo dado en gracias. De este modo, disfrutaremos con alegría aciertos y errores, éxitos y fracasos. Al fin de cuentas, eso es la vida en este planeta que cambia todos los días. Dibujemos sonrisas en las paredes de nuestras ciudades, seamos amables, caritativos, bondadosos, trabajemos por un mundo mejor. Al final del camino, alguien nos dará las gracias y podremos estar tranquilos señalando: Gracias a la vida, gracias por la vida.

Amables lectores, aunque se nos presenten dificultades y carencias, siempre existirá un nuevo sendero por transitar, una nube de nuevo diseño, un color desconocido, un amigo por descubrir. Que la vida se trasforme en una gracia depende de nosotros, del buen ánimo desplegado en la tarea, de cada mirada, en definitiva de nosotros mismos.

Marcelo Sepúlveda Oses

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